RETIRO DE LA VENTILACIÓN MECÁNICA (WEANING)
En la mayoría de los casos el paciente que
recibe ventilación mecánica puede reasumir
la respiración con poca o ninguna dificultad.
Cerca de 20-30% de los pacientes fallan en
los intentos iniciales de descontinuar la ventilación
mecánica. En general cerca de 40% del
tiempo que el paciente recibe ventilación mecánica
es utilizado en tratar de retirarla.
Las fallas en los intentos de retiro de la ventilación
mecánica se deben más comúnmente a
disfunción de los músculos respiratorios, la cual
resulta del desequilibrio entre la capacidad
neuromuscular del sistema respiratorio y la
carga de trabajo que debe ejercer. La hipoxemia
es una causa menos común de fracaso.
En general no se debe iniciar el retiro de la
ventilación mecánica en el caso de inestabilidad
hemodinámica o hipoxemia persistente.
Las variables usadas para predecir el éxito del
retiro del soporte ventilatorio se pueden dividir
en aquellas que evalúan el intercambio gaseoso,
las que evalúan la fuerza muscular y
las que tratan de evaluar la integración de
ambas.
Entre los criterios de oxigenación están:
• PaO2 > 60 mmHg con FiO2 <40%.
• Gradiente alveolo arterial <300 mmHg.
• PEEP <5 cm de agua.
Entre los criterios ventilatorios se tienen:
• PaCO2 <50 mmHg.
• pH >7,4.
• Frecuencia respiratoria <30 por minuto.
• Volumen corriente espontáneo >5ml/kg de
peso.
• Capacidad funcional vital mayor 10 mL/kg
de peso.
• Presión inspiratoria máxima <20 cm de
agua.
El método original de retiro del ventilador utilizaba
un tubo en T en periodos de cinco minutos,
los cuales eran gradualmente prolongados
de acuerdo con el estado del paciente.
Cuando el individuo era capaz de mantener
la ventilación espontánea por un tiempo de 2
horas, se realizaba la extubación.
La ventilación mandatoria intermitente (VMI)
y la presión de soporte fueron introducidos a
comienzos de los años 1970 y 1980, respectivamente.
En la actualidad son técnicas ampliamente
utilizadas para retirar la ventilación
mecánica. Cuando se usa VMI se reduce la
frecuencia del ventilador en forma escalonada
(1-3 respiraciones por minuto). Cuando se
usa la presión de soporte, se reduce el nivel
de presión en forma paulatina (3-6 cm
de agua) de acuerdo con la frecuencia respiratoria.
Otro método posible es el empleo de respiración
espontánea a través de un tubo en T, realizado
en un sólo intento. Si el paciente puede
mantener la ventilación espontánea por 30-
60 minutos sin dificultad respiratoria, puede
ser extubado. Si se presentan signos de dificultad,
la prueba finaliza y se reinicia la ventilación
mecánica. Para permitir a los músculos
respiratorios recuperarse del estrés de la prueba,
se ventila al paciente con un alto nivel de
asistencia por un periodo de 12-24 horas.
Posteriormente se vuelve a intentar el retiro
del ventilador.