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SOCIEDAD,
CULTURA E INDIVIDUO |
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Los seres
humanos son criaturas sociales y no animales aislados. El hombre difícilmente
puede sobrevivir completamente aislado. A diferencia de las restantes
especies animales, el hombre no posee las pautas, tendencias e instintos
naturales heredadas que le permitan sobrevivir en un medio hostil
como es la naturaleza. Su comportamiento es resultado en gran medida,
del aprendizaje y la experiencia, incluido el lenguaje, característica
peculiar y básica del ser humano.
El hombre vive en sociedad: desde el grupo tribal
formado por un reducido número de individuos hasta las modernas
y complejas sociedades de masas. Pero además de vivir en sociedad,
el hombre presenta otra característica complementaria o derivada
de este hecho: en su conducta observa pautas regulares más
o menos estandarizadas de comportamiento. No existe una variedad infinita
de actitudes, lo cual no significa que los hombres actúen de
forma completamente idéntica, pero sí que en su conducta
existe una serie de elementos comunes que conforman unas pautas de
comportamiento recurrentes y generalizables. Sin la existencia de
estas pautas o normas, no existiría la sociología, pues
sería imposible la generalización. Base de toda ciencia.
Teniendo presente que la vida de todo individuo desarrolla mediante
la interacción con otros individuos, la sociología,
a fin de analizar y explicar.
Las pautas de la conducta humana y sus comportamientos regulares,
ha elaborado el concepto teórico de cultura. Sin embargo, el
significado que los sociólogos dan a este término, difiere
de lo que comúnmente se entiende por «cultura»
en el sentido de prácticas elevadas de la vida: el arte, la
música, la pintura, la lectura, etcétera...
En su acepción sociológica, la cultura comprende aspectos
mucho más amplios y completos de la vida
del hombre: se refiere a la totalidad de lo que los individuos aprenden
como miembros de una sociedad. Desde esta perspectiva, la cultura
puede ser entendida como un conjunto o sistema de actitudes, comportamientos,
modos de vida, de pensamiento y de acción, de ideas y valores,
que conforman las actitudes de los hombres en unos determinados patrones
o esquemas de conducta. Todo aquello que es o hace el hombre como
ser social y que no viene dado por su herencia biológica es
cultura: el hecho de practicar una determinada religión, de
poseer ideas políticas, de seguir las normas sociales en uso
de mantenerse fiel a ciertas tradiciones, de practicar determinadas
conductas o pautas sexuales :todo esto es cultura.
La cultura,
entendida sociológicamente, es el resultado de los distintos
procesos de adaptación o enfrentamiento al medio natural en
que habita el hombre. La ciudad es el principal centro irradiador
de cultura de las sociedades industriales.
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LA
INTEGRACIÓN SOCIAL: APRENDIZAJE Y SOCIALIZACION |
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En el
ámbito de cada cultura, los hombres tienden a creer que sus
pautas de comportamientos son las «normales» porque son
las practicadas por la inmensa mayoría de los individuos de
su entorno y son socialmente aceptadas como válidas. Hasta
el punto de considerarlas como inherentes a la propia naturaleza humana.
Sin embargo, cada cultura a desarrollado sus propios patrones de conducta.
Sus normas y valores, que intrínsecamente son tan válidos
como los de cualquier otra y que, en último término,
son fruto de la multiplicidad de formas con que el género humano
que trata de enfrentarse con la naturaleza y organizar la interacción
en esta infatigable búsqueda que tiene como meta,jamás
alcanzada,la conquista de la máxima felicidad.
En casi todas las culturas, el proceso de socialización
se inicia a través de las relaciones que el niño establece
con su madre y más tarde con el grupo familiar en su conjunto.
El
científico social debe intentar desposeerse de todo tipo de
prejuicios, creencias aprehendidas y valores elaborados a priori,
si pretende realizar un trabajo objetivo y científico.
A pesar de la diversidad de culturas y de los caracterés, específicos
de cada una de ellas, existen, a un elevado nivel de abstracción,
una serie de similitudes sustanciales en los patrones de comportamiento
de los de los diferentes grupos humanos. Estos patrones están
determinados esencialmente por razones biológicas, o sea, por
el hecho de que todos los hombres sin excepción pertenecen
a la misma especie animal: el investigador social ha de tener esto
presente a la hora de efectuar sus estudios.
Un ejemplo de ello es la tendencia de los seres humanos a «maximizar»
su bienestar físico o su inclinación a recibir recompensas
en forma de honores, privilegios, reconocimiento social, reputación,
etc., sin que exista límite innato a este afán de acumulación
de sus apetencias físicas o psíquicas(el límite
viene impuesto por la cultura y los recursos disponibles de la sociedad
en la que cada individuo se encuentra inmerso). Otro ejemplo es la
tendencia a comunicarse con otros seres humanos, expresada en la frase
el hombre es un ser sociable.
Sobre estas bases biológicas, comunes a grandes rasgos a toda
la especie humana, el hombre adquiere,ante el aprendizaje y la acumulación
de experiencias,unas pautas de comportamiento que harán de
él tras un largo proceso, un ser social maduro, dotado de una
personalidad propia, capaz de participar en la
vida de su sociedad. Ahora bien, esta larga etapa de
aprendizaje es una experiencia que se realiza mediante la interacción
con otros individuos, pertenecientes a diversos grupos sociales, inmersos
todos ellos
en una determinada cultura. Este proceso mediante el
cual el individuo aprende unas pautas de comportamiento, unas actitudes,
unos hábitos, unos valores,unas creencias, que lo integran
en la cultura de la sociedad en que ha nacido recibe el nombre de
socialización.
A su vez, puede afirmarse que toda cultura es aprendida y compartida.
Este proceso de socialización es particularmente intenso durante
los primeros años de la vida: los niños aprenden unas
formas de comportarse, un lenguaje, etc., en primer lugar, de su entorno
más inmediato, o sea de padres, hermanos y amigos más
próximos.
Especialmente significativo es el papel de la madre durante los tres
o cuatro primeros años de vida del nuevo ser, aunque, sin dejar
por ello de lado al padre, cuyo papel en el proceso de socialización
del niño es también importante. Modernos estudios han
demosnado que los deficientes procesos de socialización que
tienen lugar en los orfelinatos y hospicios conducen a la formación
de seres inadaptados y marginados.
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FACTORES
DE SOCIALIZACIÓN |
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Esta
primera etapa de socialización, realizada en el interior de
un grupo social primario, la familia, se caracteriza, como señaló
Sigmund Freud (1856-1939), por un proceso de interiorización.
Pero lo importante, desde una perspectiva sociológica, es que
a través de este proceso el niño comienza a formar su
personalidad según las normas y valores de la cultura a la
que su grupo familiar pertenece. Mediante un sistema de premios y
castigos, o simplemente de signos de aprobación o desaprobación,
el niño se integrará en una determinada estructura social.
Con el paso a la escuela comenzará una segunda etapa del proceso
de socialización, a través de la cual el niño
y el adolescente adquirirán nuevos conocimientos, valores y
normas morales, a la vez que entrarán en contacto con grupos
sociales más amplios ,escuela, amigos, grupos y asociaciones
de carácter deportivo-recreativo, etc. que coayudarán
poderosamente al proceso de aprendizaje e integración en la
cultura dominante y que en las modernas sociedades industriales no
finaliza hasta bien entrada la juventud.
Hasta aquí, este proceso se ha venido realizando mediante la
interacción humana, es decir a través de contactos personales
directos ,madre, padre, hermanos, amigos próximos, maestros,
pero en las actuales sociedades de masas existe un tercer e importantísimo
agente que también contribuye poderosamente, y en muchos casos
en forma determinante, a ese proceso de socialización e integración
social: los medios de comunicación de masas desde la televisión
y la radio, hasta los «comics», el cine, etc., que actúan
en forma despersonalizada sobre el individuo, sometiéndolo
«día a día» a un intenso «goteo»
que terminará por conformar su mundo de valores, creencias
e ideas y, en consecuencia, hábitos y pautas de comportamiento.
Con ellos el individuo actuará en su vida adulta.
Es evidente que detrás de los mensajes transmitidos por los
mass media existe una carga de valores culturales
e ideológicos que no solamente contribuye a la integración
de los niños y jóvenes en proceso de socialización,
sino que influyen, o pretenden influir, en todos los componentes de
la sociedad global.
En
suma: mediante el proceso de socialización, desarrollado principalmente
a través de tres agentes —familia, escuela y medios de
comunicación—, el individuo, a la vez que conforma su
personalidad, se integra en unos determinados grupos sociales, los
cuales a su vez participan de una cultura específica.
Pero, cuando el individuo haya interiorizado tales esquemas y normas
de comportamiento, los haya aceptado, los considere como suyos, se
convertirá, a su vez, inconscientemente por lo general, en
agente socializador, contribuyendo así al mantenimiento de
la cultura y de la estructura social dominante.
Este proceso de reproducción social desempeña un importante
papel en la continuidad de los diversos modelos de sociedad y no concierne
solamente a los individuos, sino que principalmente es realizado por
instituciones sociales de muy diverso signo (desde el estado hasta
la escuela, desde los partidos políticos hasta la televisión).
Sin embargo, está sujeto a profundos procesos de cambio y discontinuidad;
de lo contrario, las sociedades y las culturas permanecerían
inmutables al paso del tiempo.
Desde el conflicto social inherente a toda sociedad estratificada
socialmente, hasta el impacto de la técnica, pasando por el
influjo de las ideas, existe una gran variedad de factores que contribuyen
a los procesos de cambio social y modernización.
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