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Anatomía e higiene
La piel: sus funciones.la piel, llamada generalmente cutis, es un tejido membranoso, resistente y elástico, que cubre todo el cuerpo y sirve de protección a los músculos . La piel se compóne de dos partes, que son, contando de afuera hacia dentro: la epidermis y la dermis.
Se llama epidermis a la
parte exterior a de la piel que forma en la superficie del cuerpo una
cubierta protectora. Está atravesada por un número muy grande
de orificios, llamados poros, por los cuales se escapa
el sudor.
En la parte más profunda de ésta se encuentran los pigmentos que dan a la piel su coloración especial, siendo debido a ellos
el color característico de la raza negra.
Se llama dermis a la parte más gruesa, resistente y elástica de la piel. Está constituida por filamentos muy delgados que se entrelazan en todas direcciones formando una especie de fieltro. En su parte superior, llamada también cuerpo mucoso, se, notan pequeñas eminencias, llamadas papilas, que son terminaciones de los filetes nerviosos o de los vasos. En las capas inferiores se encuentran las glándulas sudoríferas y unos depósitos de grasa muy abundantes en las, personas obesas. Los pelos y las uñas son productos córneos accesorios de la piel.
Higiene
de la piel, cabello y uñas el cuerpo debe mantenerse
limpio y para conseguirlo bastan el agua fresca y el jabón. Son
conocidos los malos efectos de la falta de higiene : los poros
de la piel se tapan, el sudor no puede salir
y suele originar varias efermedades.
El cabello se debe tener limpio por los mismos procedimientos
; nada de aceites y cosméticos, que no hacen más que ensuciarlo,
acumulando substancias nocivas en él.
En el cabello sucio se desarrollan
parásitos que producen enfermedades molestas.
Las uñas deben estar siempre
cortas y limpias ; nada más desagradable que los defectos contrarios.
En algunos casos las uñas de los pies conviene
cortarlas en forma cuadrada para evitar la formación de uñeros en ellos.
En verano, especialmente, conviene, no sólo bañarse seguido,
sino también lavarse repetidas veces las manos durante el día,
para evitar los efectos del sudor y el contagio de muchas enfermedades
que esa humedad favorece , transmitido por otras manos, por billetes de
banco, etcétera.
Vestimentas: Por razones de costumbre, decencia y para protegerse de los cambios bruscos
de temperatura o de las inclemencias del clima, el hombre civilizado cubre
su cuerpo con vestimentas.
De las diversas telas que se utilizan para fabricarlos, unas reciben y
pierden el calor rápidamente, otras lo hacen con lentitud y otras,
por fin, lo retienen todo.
De las primeras se dice que son buenas conductoras, como el lino y el
algodón ; otras, menos buenas, como la seda y la lana, y otras,
malas conductoras, como el caucho y las pieles. Estas propiedades se tienen
en cuenta para la confección de vestimentas, según las estaciones.
En verano deben usarse telas
buenas conductoras, que dejen escapar fácilmente el calor ; mientras
que en invierno deben ser malas conductoras, como la lana, que lo retenga
algún tiempo, prefiriéndose las de colores obscuros porque,
absorbiendo los rayos solares, son más abrigadas aún.
En ningún caso los vestimentas deben ser tan ajustados que impidan
el libre funcionamiento y desarrollo del cuerpo ; por eso son condenables
algunos diseños de vestimentas para niños que los aprisionan,
los zapatos en terminaciones estrechas, el corsé, los cuellos estrechos
y los tacos altos que llevan algunas personas y que pueden producirles
muchas enfermedades.
Los niños y los ancianos necesitan de más calor que los
jóvenes. La superposición de trajes, aunque sean delgados,
abriga mucho, porque no deja escapar el aire caliente que circula entre
nuestro cuerpo y las vestimentas.
En verano, y en clima de temperatura variable, conviene llevar camisetas delgadas de lana que nos ponen al cubierto de los cambios bruscos del calor al frío, tan nocivos a la salud.
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