Ebola:
La fiebre hemorrágica por Ébola (FH Ébola) es una enfermedad grave, a menudo fatal, que se da
en humanos y primates no humanos (monos y chimpancés) y que ha aparecido esporádicamente
desde su reconocimiento inicial en 1976.
La enfermedad es causada por la infección con el virus Ébola, que fue descubierto primero en África. Se desconoce que el virus sea originario de otros continentes, tales como América del
Norte.
Los casos confirmados de fiebre hemorrágica por Ébola han sido reportados en África y se tuvo
conocimiento del caso de una persona que trabajaba en un laboratorio en Inglaterra. No se ha
reportado ningún caso de esta enfermedad en humanos en los Estados Unidos.
Los humanos pueden transmitir el virus de varias maneras. Las personas pueden quedar
expuestas al virus Ébola por contacto directo con la sangre y/o las secreciones de alguien
infectado. Esta es la razón por la cual el virus se ha propagado frecuentemente a través de los
familiares y amigos de las personas infectadas: mientras las alimentan, las sostienen o les
brindan otros cuidados, los miembros de la familia y los amigos pueden entrar en estrecho
contacto con tales secreciones. Las personas también pueden verse expuestas al virus Ébola a
través del contacto con objetos tales como agujas que han sido contaminadas con secreciones
infectadas.
El virus Ébola-Reston que apareció en un centro de investigación en Virginia puede haber sido
transmitido de mono a mono a través del aire en ese centro. Aunque todas las especies del virus Ébola han presentado la capacidad de ser propagados a través de partículas transportadas por el
aire (aerosoles) en condiciones de investigación, este tipo de propagación no ha sido constatado
en humanos en un entorno del mundo real, tal como en un hospital o en el hogar.
Los signos y síntomas de la FH Ébola no son los mismos para todos los pacientes. El cuadro que
se presenta a continuación describe a grandes rasgos los síntomas de la enfermedad, conforme a
la frecuencia con la cual se han dado en los casos conocidos.
Los investigadores no entienden por qué algunas personas pueden recuperarse de la FH Ébola y
otras no. Sin embargo, se sabe que los pacientes que mueren normalmente no han desarrollado al
momento de la muerte una respuesta inmunológica significativa al virus.
No existe tratamiento tipo para la FH Ébola. Actualmente, los pacientes reciben terapia de
apoyo. Esto consiste en equilibrar los fluidos y electrolitos del paciente, manteniendo su presión
sanguínea y el estado del oxígeno y tratándolos por cualquier infección que complique el cuadro.
La transmisión de la enfermedad en los centros de asistencia sanitaria ha estado asociada
frecuentemente con las epidemias de FH Ébola en África. Si aparecieran casos de la enfermedad,
deberá tenerse cuidado de evitar su propagación dentro de los centros de asistencia sanitaria. Los
pacientes deberán ser aislados de todo contacto con las personas no protegidas y los trabajadores
hospitalarios deberán utilizar ropa de protección tal como máscaras, guantes, trajes especiales y
anteojos. El objetivo de estas técnicas es evitar que las personas entren en contacto con la sangre
o secreciones de algún paciente. Si un paciente con HF Ébola muere, es igualmente importante
que se evite todo contacto directo con el cuerpo.
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